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Deportivistas, no nos despistemos

Son tan previsibles, que todo el mundo en A Coruña sabíamos que estaban esperando al viernes para intentar desestabilizar y hacer ruido. La falta de información hace estragos en los vagos, en esos elementos que tienen que coger la pluma cada día pero que no quieren trabajar en busca de noticias, ni en la confección de grandes reportajes, por lo que se dedican tan solo a fomentar humo y a intentar cabrear a la gente con el único objetivo de perjudicar a un equipo y de poner nervioso a un cuerpo técnico que por suerte los conoce como si los pariera desde mucho antes de llegar a casa Depor. Y es que Borja Jiménez y los suyos estaban completamente alertados de quiénes son estos personajes sin escrúpulos y a qué se dedican en cada momento.

El RC Deportivo lleva años a la deriva, después de vergüenzas sin precedentes de una directiva que no sabía en dónde se estaba metiendo y que llegó a la Plaza de Pontevedra contando barbaridades en el año 2014, prometiendo absurdeces y tonterías que ni al más profundo de los “acérrimos defensores por interés” les podía colar. Ahí empezó una de las mejores funciones que se recuerdan en A Coruña, una obra de teatro, acompañada de noticias diarias en los aparatos de propaganda, siempre cargadas de odio, rencor, irrealidad, falta de transparencia y sobre todo absolutamente partidistas, pues la meta era clara, enterrar al Depor hasta hacerlo desaparecer. ¡Pobres ilusos!

El espectáculo continuó tomando forma hasta pasar por la ciudad herculina una infinidad de entrenadores, a los que siempre se les echó a los leones por parte de los mismos. Era el «salvavidas» para defender a una directiva infame, que lo único que acumuló fueron fracasos sonoros y todo ello tras una ampliación de capital cuanto mínimo “amoral”, que facilitó el control del club a un grupo de empresarios que pasaron a la historia como era su deseo, eso sí, lo hicieron por ser los artífices de destrozar una entidad centenaria hasta hacerla trizas, lo que a alguno de ellos lo llevó a una gran depresión, de la que aún a día de hoy está intentando recuperarse. Pero es que eran tan sumamente novatos y atrevidos en esto del deporte, que aún a pesar de todo, terminaron por perder el control sobre el Depor y ojo, tiene doble mérito, pues lo hicieron en la época más boyante del fútbol español en lo económico, donde las cantidades astronómicas de dinero fueron una realidad cada temporada. ¿Saben quién defendió todas esas barbaridades? Los aparatos de propaganda amigos y por supuesto “subvencionados”, los cuales ya no saben ni qué decir a día de hoy de los esperpentos que llevan fomentado y los bochornos que han tenido que ir soportando mes tras mes.

Así se llegó a la temporada 2020/21, pasando hasta tres “personajes” cortados por el mismo patrón por la presidencia, haciendo los tres el ridículo a lo grande, lo que llevó a ABANCA a tener que convertirse en máxima accionista de manera obligada para evitar la quiebra a la que llevaron al Depor. Y por fin llegó un poco de orden, ya que el propio banco los fulminó de un plumazo y se decidió a asumir las riendas. Los aparatos de propaganda tuvieron que cambiar de chaqueta lo más rápido posible y a poder ser sin que se notase mucho, tampoco era imprescindible lo segundo, pues lo verdaderamente importante pasaba por intentar tomar posiciones para poder seguir con las «comilonas», porque a muertos de hambre no les gana nadie, eso es una evidencia que ya no se le escapa a ningún deportivista verdadero a día de hoy.

Tras un verano negro, en el que no dieron una, los “chicos de Santi” están desquiciados, no son los únicos pero el resto al menos disimula un poco, no mucho, pues escuchando alguna tertulia en la radio coruñesa esta semana, no se sabía ya si era un programa de deportes o el mismísimo Jorge Javier transformado y haciendo sus primeros pinitos en el mundillo futbolístico. Su protagonista principal está siendo un niño nacido en el concello de Silleda, juvenil de tercer año, al que están utilizando a su antojo cuando llevamos seis jornadas de liga disputadas en la Primera RFEF, es decir, pasó poco más de un mes desde que el curso diese inicio. Pero saben muy bien por qué lo hacen, no se vayan a pensar amigos lectores, saben que es la forma de echarle a la gente encima al entrenador del primer equipo. Son más miserables aún de lo que nos pueda parecer a cada uno, pero no se olviden, estos elementos fueron los que defendieron los “Fabriles” con chavales de 26, 27 y 28 años, imaginemos lo que estamos diciendo. Por defender, defendieron hasta que el Fabril jugase una fase de ascenso sin poder ascender, tras descender el primer equipo y pedir hasta los aficionados a la directiva que no perjudicasen a otro modesto equipo gallego como el Rápido de Bouzas, curiosamente entrenado por Borja Jiménez por entonces.

Después de todo lo acontecido, aún pretenden dar lecciones de algo y más aún de cantera o de humanidad y lo hacen con argumentos de parvulitos que si algún deportivista se lo compra ya les valió la pena. Y es que, entre otras cosas, ya se dieron cuenta de que a la junta directiva liderada por Antonio Couceiro no le hace falta “mamar” como a otras y por todo ello ya no pueden soportar que no les den las exclusivas y lo que les interesa son las derrotas. Sí, sí, como suena, ni Noel, ni el Deportivo, ni siquiera la ciudad de A Coruña, lo que ellos quieren es guerra, conflicto y sobre todo derrotas para que el“dictador” pueda lanzar sus misiles, eso sí, cada vez más caducados y sin poder de destrucción, pues esta afición del Depor está a muerte con el equipo, con su técnico e irá con todo a por los que intenten despistar al grupo del único objetivo del curso, el regreso a Segunda División.

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